La presencia cada vez más común de vehículos eléctricos en el país ha abierto un espacio de dudas, mitos y verdades en torno al beneficio de esta tecnología, en sustitución de aquellos que utilizan combustibles fósiles (gasolina, diésel) para operar.
Datos suministrados por José Ross, ingeniero experto en el tema de electrificación en el transporte, señalan que mientras en el 2019 se vendieron 806 unidades de vehículos eléctricos, en febrero de este año la cifra ascendió a 20.441, de acuerdo con los registros del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae). En términos porcentuales el incremento es de hasta un 2.436% en estos años.
Se ha vinculado al sector del transporte como una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial. El informe de Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) le confiere entre un 20% y un 25% de las emisiones globales de CO2.
El tema fue tratado por Ross en una conferencia auspiciada por UNA Campus Sostenible, de la Vicerrectoría de Administración de la Universidad Nacional (UNA).
Mitos y verdades
El primer mito que refutó el experto es que los motores eléctricos en la movilidad son algo novedoso. Explicó que desde 1900 ya se incursionaba en el mundo con baterías de ácido plomo para que pudiesen operar y cargarse en algunas ciudades donde la electricidad ya era una realidad. Para 1996, en Costa Rica, algunas unidades de esta tecnología eran utilizadas incluso por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), mientras que en el 2001 en el país se realizó el primer rally interoceánico con vehículos propulsados por corriente eléctrica.
Lo que sí es cierto, indicó, es que los motores eléctricos sí aprovechan de una mejor manera la energía que generan los vehículos, en comparación con los de combustión interna. “Un motor de gasolina de un modelo 2025 tiene una eficiencia máxima del 20%, porcentaje que sube a un 30% en los de diésel. Eso quiere decir que con solo tenerlos encendidos se pierde hasta un 80% de la energía acumulada en un tanque de combustible”, explicó Ross.
En el caso de los híbridos, que combina dos fuentes energéticas de propulsión, la eficiencia es del 55%, mientras que los eléctricos alcanza hasta un 95%.
Existen diferencias importantes que también pueden significar un ahorro en el bolsillo de los usuarios. Un ejemplo está en el costo de energía, que es más baja versus el gasto en gasolina (el ahorro puede oscilar entre un 25% y un 28%); además, el mantenimiento es mínimo en el caso de los eléctricos, al no requerir de componentes como aceites, bujías, válvulas, bomba de gasolina ni inyectores.
Como política pública, el país ha optado por promover la adquisición de vehículos eléctricos y para ello, desde la Asamblea Legislativa, se han aprobado una serie de leyes con incentivos fiscales. En el 2018 se aprobó la ley 9.518 Incentivos y Promoción para el Transporte Eléctrico, que incluyó exoneraciones escalonadas en impuestos como el de selectivo de consumo y de propiedad a los vehículos.
El impulso en las ventas generó que, de nuevo, en el 2022 se aprobara otra legislación (ley 10.209) la cual estableció, por ejemplo, que los vehículos adquiridos entre el 2022 y el 2024 tendrían un 100% de exoneración en el impuesto selectivo de consumo. Ese porcentaje se reduciría al 75% entre el 2025 y el 2027, luego a un 50% entre el 2028 y 2030 y a un 25% entre el 2031 y el 2033. Ya para el 2034 sería 0%.
Otro beneficio fiscal está contenido en el impuesto al valor de la propiedad que se paga cada año con el marchamo. Mientras que los vehículos que fueron adquiridos en el 2022 gozaron de una exención del 100%, para el pago de este año representará un 40%, que disminuirá escalonadamente hasta ser un 0% en el 2027.
Un nuevo proyecto del diputado Alejandro Pacheco, bajo el expediente 24.692, busca prorrogar los incentivos fiscales, como una forma de promover a este sector.
De acuerdo con el más reciente informe de coyuntura fiscal del Observatorio Económico y Social de la Escuela de Economía de la UNA, en momentos en que los ingresos tributarios en el país tienden a caer, la importación de vehículos eléctricos ha impulsado favorablemente la recaudación de impuestos como el selectivo de consumo y el de valor agregado que se cobra en las aduanas.
Otra de las dudas generalizadas entre la población es con respecto a las baterías. Al respecto, José Ross mencionó la evolución en la tecnología empleada, que pasó del hidruro de metal de níquel, que utilizan los híbridos, hasta las de litio en los eléctricos. “La batería de los híbridos duran menos, de hecho yo no los recomiendo. A nivel de eficiencia, si una persona va a hacer una inversión, es mejor pasarse de combustión a eléctrico”, sugirió.
Otro mito rebatido es si los hogares deben tener alguna adaptación para realizar desde ahí las cargas. Ross indicó que no es necesario, y que lo más recomendable en este caso es hacerlo con una potencia de 220 voltios, en vez de 110. Además, agregó que conforme pase el tiempo irá aumentando la cantidad de electrolineras disponibles y que muchos hoteles (para viajes largos) ya se están adaptándose para ofrecer este servicio.
Susana Méndez, coordinadora de UNA Campus Sostenible, resaltó la importancia de tratar estos temas. “Al ser la UNA reconocida como institución carbono neutral plus, este tipo de actividades nos brinda la oportunidad de generar espacios de discusión sobre estrategias para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y en definitiva la movilidad eléctrica es un pilar fundamental en estos procesos.
“Sin embargo, esto no significa que la movilidad eléctrica es la solución. El sector transporte requiere una transformación profunda que va desde la mejora de la infraestructura vial para permitir e invitar a otras formas de movilidad cero emisiones y principalmente en transformar el transporte público, tanto en diversidad como en su eficiencia”, apuntó Méndez.
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